10.30.2006

En el Colombus


"Me quedan pocos gigas" (L.A.Spinetta)



yapa: recorte que vi en la muestra de la Fundación Miguel Abuelo al salir del show

10.25.2006

Rock sin techo


Cada músico necesita interpretar y divertirse. Ver al público a los ojos y crear respuesta en ellos se volvió más caro: después del 30-D, los costos para poder armar un recital en un lugar privado salieron disparados. Para quien no puede convocar el público suficiente, tocar en Capital Federal y algunos lugares de Gran Buenos Aires será aún más a pérdida que antes y de ahí la respuesta: tocar en fiestas caseras, locales y bares fuera de toda circulación de inspecciones, la misma clase de lugar que no está habilitado por la ley para ejercer el hobby o profesión de músico. Sobre esto, el Estado intentó imponer una ley en desuso - la 14.597, llamada ‘Estatuto del ejecutante musical’ – que se caía de madura ante la actualidad, decretada cuando el rock no existía.
Tanto ante la ley como la falta de lugares habilitados para tocar, uno de los efectos inmediatos fue el surgimiento de nuevas organizaciones de músicos asociados, entre ellas el M.U.R. (Músicos Unidos por el Rock), sosteniendo que "los escenarios porteños donde se exponía la cultura rock quedaron clausurados o inhabilitados para conciertos transformando nuestro campo laboral en un terreno baldío […] el cierre de locales pequeños y medianos reforzó el monopolio de los grandes empresarios y las compañías y que por otro lado deterioró y colapsó la vida y el trabajo de los músicos”.
La organización de músicos tiene antecedentes en M.I.A. (Músicos Independientes Asociados) - una cooperativa de la familia Vitale (circa 1975) que editaba discos y organizaba recitales - y en la U.M.I. (Unión de Músicos Independientes, 2001). Las bandas inscriptas en ella obtienen descuentos en productos y servicios -fábricas de merchandising, replicadoras, reparamiento de equipos, diseño gráfico, entre otros – sin perder su independencia. Cuenta con más de 1580 bandas asociadas que se juntaron con la idea de ‘desarrollar y evolucionar el espacio musical autogestionado’.
Junto a otras 950 organizaciones y una gran lista de músicos representativos, el M.U.R. y la U.M.I. generaron Músicos Argentinos Convocados (M.U.A.) y firmaron su adhesión a la derogación de la ley 14.597. El 24 de abril el Presidente Néstor Kirchner derogó el decreto que la reglamentaba y dejó abierta la posibilidad de participar en la construcción de una nueva norma que contemple la realidad del músico. Actualmente M.U.A. tiene cuatro partes: las Asambleas; los Grupos de Trabajo canalizan la participación de todos los músicos autoconvocados y el Grupo Redactor elabora las bases de la nueva Ley del Músico y la Ley de la Música. Por último, el Grupo Federal funciona rotativamente en distintos lugares del país promoviendo el contacto y constituyendo una red nacional de músicos y organizaciones afines con el propósito de participar activamente en la construcción colectiva de la ley y poder reunir en ella realidades muy diversas y darle un carácter federal.
Es increíble tener que ejercer ilegalmente la música que el mismo gobierno reconoce y homenajea como movimiento cultural (invitando a los músicos a la Casa Rosada) y a su vez no le da espacios. Sin ley, no existen suficientes espacios legales fuera del circuito mainstream. Las iniciativas para tener una nueva ley no escasean, tienen convicción y firmeza en sus creencias y abordan la actividad musical en su plenitud. Sus beneficiarios no serán sólo los músicos que dependen del ingreso de su actividad sino también los que están creciendo, surgiendo y los que seguramente vendrán a cambiarnos la canción a la que nos acostumbramos.

Visiten:
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